martes, 16 de abril de 2013

Sigmund Freud: médico neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.



Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia. En 1873, cuando contaba con 17 años, Freud ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina en un ambiente de antisemitismo creciente. En 1881 se graduó como médico y poco después empezaron sus investigaciones como tal, interesándose especialmente en el campo de las terapias.
Su interés científico inicial fue la neurología, aunque con el tiempo sus investigaciones se fueron derivando hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales. Estudió en París la técnica de la hipnosis para poder aplicar en tratamientos de la histeria. Con el tiempo, bajo este campo de la hipnosis fue aprendiendo y la  reemplazó por la interpretación de los sueños centrándose con ello en la búsqueda y rememoración de traumas, de esta manera fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciadas. Así fue como Sigmund dedicó su vida al psicoanálisis a través de los sueños.
Aportó innovaciones en dos campos: por un lado, una teoría de la mente y la conducta humana, y por otro, una técnica terapéutica para personas con afecciones psíquicas. Fue también un revolucionario en cuanto a conceptos del pensamiento moderno, ya que él intentaba lo que nunca se había hecho; darle al concepto de lo “inconsciente” un estatus científico, proponiendo una mente dividida en capas dominada en cierta medida por una voluntad primitiva más allá de la esfera consciente y que se manifiesta en forma de chistes, lapsus, actos fallidos, sueños…  esta teoría suscitó mucha polémica en aquella época.
Su aportación probablemente más conocida fue el libro “La interpretación de los sueños” donde Freud explica también la existencia de un preconsciente que sería el intermedio entre lo consciente y lo inconsciente, demostrando así la posibilidad de que cuando existen pensamientos o recuerdos demasiado dolorosos, tenemos la capacidad de expulsarlos del consciente para que pasen a ser parte del inconsciente, manteniendo así reprimida su afectividad psíquica y retornando en síntomas como los comentados anteriormente; lapsus, sueños, etc. A este problema se le llamaría represión.
La teoría que aportó Freud a la ciencia para intentar explicar la forma de operar de la mente, fue la de una misma estructura dividida en tres partes. El Ello, el Yo y el Superyó. El Ello representa los impulsos primigenios del ser humano, el Superyó sería lo que contrarresta al Ello, representando lo moral y ético del ser humano, y el Yo sería la parte dividida entre ambos, actuando entre nuestras necesidades más primitivas y morales.

En cuanto a psicoterapia y psicoanálisis muchos métodos fueron causa de polémica pero aún así consiguió desarrollar e introducir la llamada “cura del habla” que haría posible la mitigación e incluso desaparición de síntomas histéricos y neuróticos a través de un monólogo sin censura por parte del analista, es decir, éste, estaría ubicado fuera del analizado y escuchando, evitando juicios morales o de valor, y sin entregar satisfacciones sustitutas al analizado. Después, en momentos clave del trabajo asociativo, el analista haría intervenciones para interpretar el material expuesto por el sujeto analizado, con la intención de hacerle rememorar ese recuerdo, pensamiento doloroso o humillante para que vuelva del inconsciente a la consciencia, perdiendo así su poder patógeno y desapareciendo con ello los síntomas que creaban dicho trauma a los pacientes.
Las obras de Freud tuvieron un enorme impacto en las ciencias sociales, especialmente en la Escuela de Frankfurt y la teoría crítica. Además, muchos filósofos han discutido sus teorías y sus implicaciones en el contexto del pensamiento occidental. El modelo de la mente de Freud se considera a menudo un desafío para la filosofía moderna.

Segunda República Española.


Gracias al triunfo de las candidaturas republicanas, el 14 de Abril de 1931 se proclamó la Segunda República en España, cayendo así la monarquía Borbónica con el rey Alfonso XIII, que se verá obligado al exilio.
Se formó un Gobierno Provisional, constituido por republicanos de izquierda y derecha, socialistas y nacionalistas, y este Gobierno sería presidido por Niceto Alcalá Zamora. En junio de 1931, se dieron las elecciones a Cortes Constituyentes. Las urnas revelaron una clara mayoría de la coalición republicano-socialista, y con una nueva Constitución aprobada en diciembre de 1931, se reflejaron estas ideas:

  • Soberanía popular: República democrática de trabajadores de todas las clases.
  • Sufragio universal masculino y femenino.
  • Declaración de derechos y libertades: divorcio, derecho a la educación.
  • Poderes del Estado: 
  1. Poder legislativo en manos de Cortes Unicamerales.
  2. Poder ejecutivo: presidente de la República con escasos poderes. Jefe de gobierno nombrado por el Presidente y con la aprobación de las Cortes.
  3. Poder judicial: a cargo de los Tribunales de Justicia.
  • Derecho de las regiones a establecer Estatutos de Autonomía.
  • Separación de la Iglesia y el Estado: libertad de conciencia y cultos.